20.6.06

LA MUJER Y SU ENTRADA EN MASONERIA



En 1717 se inicia el período de la masonería llamada especulativa en Inglaterra, cuando cuatro Logias de Londres fundaron la Gran logia de Inglaterra y iniciaron el proceso de redactar su Constitución. Y en 1725 en Francia cuando unos masones ingleses instalan la primera logia a este lado del Canal de la Mancha.

Fueron tres personas las encargadas de hacerlo y su plasmación fue en 1723: James Anderson , pastor presbiteriano, Jean-Théophile Seaguliers, protestante y John, duque de Montagu, Gran Maestre de la Gran Logia de Londres. Dicha constitución, por tanto estará ligada fundamentalmente a la religión y a las ideas conservadoras de la época en Inglaterra.

En su artículo I se ocupará de Dios y sus deberes religiosos, así como de la tolerancia y ecumenismo. En el II se aborda el tema de los poderes civiles y las obligaciones del masón con la Nación. En el III se refiere a las Logias y a las obligaciones del Masón. En su último párrafo leemos:

"Las personas admitidas como miembros de una logia deben ser hombres de bien, leales, nacidos libres y con una edad madura y suficiente, ni esclavos, ni mujeres, ni hombres inmorales y escandalosos sino al contrario de buena reputación".

Y así sucesivamente los diferentes artículos. Como vemos la mujer no era aceptada en el sí de la masonería.

El movimiento por la emancipación de las mujeres también utilizaría la vía de la masonería para conseguir la emancipación: independencia del clero, alfabetización y culturización para lograr la realización como mujeres, además de como madres.

En el siglo XIX podemos hablar de que se habían ido produciendo avances tendentes a la consecución de derechos civiles y políticos de las mujeres, en Francia e Inglaterra: control de los hijos, matrimonio civil, educación, admisión a determinados trabajos, etc. De ahí se fueron extendiendo como gota de aceite a otros países y entre ellos España.

Hay que significar que el tema religioso llevaba de cabeza a los progresistas de Francia, España, etc. ya que tenían claro que la influencia de la iglesia era fundamental entre las mujeres. Dentro de la masonería, y lo que a mi entender fue tildado de anticlerical y antirreligioso, no era sino la constatación de que el sacerdote, el párroco era el que dictaba las normas en muchas familias católicas de nuestro país, por esta razón se levantaron voces en algunos ámbitos, y entre ellos la masonería, pero no exclusivamente sobre la importancia de la educación, o instrucción como se denominaba entonces y la necesidad de introducir a las mujeres en la masonería para contrarrestar el poder religioso. Además eran conscientes los masones, librepensadores y progresistas en general que la educación que se recibía en los confesionarios eran inculcadas en los hijos.

Es por tanto comprensible que hacia 1895 existan numerosas logias de adopción, y numerosos son también los talleres que cuentan en sus cuadros lógicos con mujeres iniciadas bajo rituales masculinos. Así encontramos las logias Lealtad, en Barcelona, Diez Hermanos, Estrella Polar en Cartagena, Nueva Uter, de Rota, Sinceridad de Jaen, Comuneros de Castilla, Fraternidad )Ibérica, Hijos de Riego, los Puritanos, etc. de Madrid. Y así podríamos ir recorriendo el mapa de logias masculinas que cuentan en sus cuadros con mujeres iniciadas.

En países como Francia se constituyen numerosas órdenes, que en algún momento son comparadas a la masonería, pero que únicamente pretender poner de manifiesto las desigualdades existentes en la sociedad de aquel tiempo.

Sin embargo diferencian las reivindicaciones feministas de Inglaterra con las de nuestro país. Mientras que en aquel se luchaba por el sufragio universal, aquí aún luchábamos por liberarnos del poder religioso. En este sentido hay que reconocer el papel que jugó la masonería.

No obstante fueron pocas las mujeres que ingresaron en la Masonería entre finales del siglo XIX y el primer tercio del S.XX, a pesar que su peso puede ser considerado importante cuando analizamos el papel jugado.

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